
Un ex ingeniero de Ford ha desarrollado y patentado un novedoso sistema de sobrealimentación que cuenta con un turbocompresor junto a cada uno de los cilindros. Según el ingeniero, de esta manera se aumenta tanto la eficiencia del consumo como el par motor.
Aunque por el momento es solo un estudio de diseño, la idea no es la ensoñación de un ingeniero o diseñador gráfico con mucho tiempo libre, este concepto viene de la mano de Jim Clarke, ex-ingeniero de Ford y responsable de motores como el Modular V8 o el Duratec V6 que la firma estadounidense han empleado durante años.
Según las descripciones de Clarke el funcionamiento es muy sencillo, en lugar de contar con un solo turbocompresor por cada bancada de cilindros, como en cualquier mecánica sobrealimentada, esta idea recurre a un turbocompresor junto a la cabeza del motor y conectado exclusivamente a uno de los cilindros del bloque.
Por razones evidentes, cada uno de estos turbocompresores sería de menor tamaño que un turbocompresor convencional, pues no solo no sería necesario tanto caudal de aire comprimido sino por las propias limitaciones de espacio en el vano motor al aumentar el número de elementos.